sábado, 30 de enero de 2010

Bloody Sunday

El 30 de enero de 1972, la localidad irlandesa de Derry fue escenario de la masacre de civiles conocida como «Bloody Sunday». Soldados del Ejército británico reprimieron con disparos una manifestación a favor de los derechos civiles dejando un balance de 14 muertos y más de una treintena de heridos. A pesar de los años transcurridos, los familiares de las víctimas siguen esperando a que se haga justicia y a que se depuren responsabilidades.
La primera investigación del caso de 1972 se realizó en apenas un año. El Ministro de Justicia británico, Lord Widgery, exoneró a los soldados de las muertes al entender que actuaron en defensa propia ya que alegaron que todas las víctimas eran miembros del IRA que iban armados, aunque nunca se demostró que portaran armas o explosivos. El Gobierno británico reconocía, al ordenar una segunda investigación, ya que la primera albergaba muchas dudas.

John Kelly ha ejercido de portavoz de la asociación de familiares Bloody Sunday Trust desde su fundación y señala que aunque entiende que se «necesite tiempo para hacer bien su trabajo», reclama que lo haga «cuanto antes».
Recuerda que a día de hoy tan sólo queda vivo uno de los padres de las personas que murieron y que siete de los heridos han fallecido, por lo que denuncia que «el tiempo pasa, todos nos vamos haciendo más viejos y cada vez queda menos gente viva para escuchar la sentencia».
Kelly ha dedicado prácticamente toda su vida a reclamar justicia para las víctimas del «Bloody Sunday». Su hermano, Michael, fue una de las personas que murió a consecuencia de los disparos efectuados por miembros del cuerpo de paracaidistas del Ejército británico.
Han pasado casi cuatro décadas desde entonces, pero tiene grabada en la memoria aquella jornada que ha marcado toda su vida. Tenía 23 años cuando se produjeron los hechos y recuerda con rabia las «terribles mentiras» que se contaron sobre los incidentes. La versión oficial británica difundió que los soldados se vieron obligados a disparar al enfrentarse con miembros del IRA. Kelly discrepa y denuncia que «ninguno» de los muertos era miembro de la organización armada irlandesa. «Todos eran civiles», exclama. Además, dice que «muchos fueron tiroteados por la espalda cuando intentaban escapar. Nunca encontraron armas ni evidencias de haber utilizado bombas o cócteles molotov. El mundo sabía que nuestra gente era totalmente inocente».

«Ésa es la verdad», insiste. «Mi hermano fue el mas joven de los que murió. Tenía 17 años, pero otros seis de los muertos tenían su misma edad. El mayor tenía 59 años. Y hasta una madre con catorce hijos fue tiroteada y gravemente herida ese mismo día», indica.
En su opinión, aquel día enviaron al regimiento de paracaidistas a Derry «para matar a gente inocente, destruir el movimiento por los derechos civiles y sacar a la gente de las calles». «Fueron unas muertes predeterminadas, a los soldados se les mandó actuar de esa manera», asegura.
En aquel entonces, la zona por donde transcurrió la movilización era conocida como Free Derry -Derry Libre-. Desde 1969, las barricadas levantadas por los vecinos de los barrios nacionalistas irlandeses del oeste de la ciudad en las entradas no permitían el paso a la Policía ni al Ejército británico.
Coincidiendo con el 25 aniversario, al reunirse más de 40.000 personas en las calles de Derry. Ese mismo año fundaron la asociación Bloody Sunday Trust para ayudar a los familiares y doce meses más tarde, Blair anunciaba la nueva investigación.
John Kelly reconoce que la noticia le produjo una enorme satisfacción y espera que por fin se puedan depurar responsabilidades. «Espero, y creo que lo conseguiremos, que el informe reconozca que todos los muertos eran inocentes. Eso es lo primero. Asimismo, debería reconocer que resultaron muertos por disparos de los paracaidistas y que, por ello, los soldados sean puesto delante de un tribunal. Igual no ocurre, pero es lo que me gustaría», sostiene.

Kelly trabaja en la actualidad en el museo de Free Derry, situado a la entrada del Bogside. Inaugurado hace apenas dos años ha recibido más de 30.000 visitantes durante ese tiempo. «Aquí se aprende nuestra historia. Es un museo del pueblo para el pueblo y con las historias del pueblo. Invito a que la gente acuda, mire y pueda aprender», explica. En el museo están presentes los acontecimientos ocurridos en Derry durante los últimos 30 años y, según asegura, entre las personas que los han visitado se encuentran también antiguos miembros del RUC y ex soldados británicos.
John Kelly entiende que el museo debe desempeñar una labor de formación y educación para aprender de lo ocurrido y que no se vuelva a repetir. Al respecto, destaca también la situación en el Ayuntamiento de Derry, donde todas las formaciones se relevan cada año en las tareas de gobierno. A pesar de que SDLP -el actual alcalde pertenece a esta formación- y Sinn Féin podrían gobernar la ciudad con una mayoría absoluta, respetan a la minoría unionista. «Aunque los unionistas nos han tratado mal en el pasado, los católicos estamos preparados para compartir la ciudad y edificar los Seis Condados desde la igualdad», declara.
Fuente: GARA
http://www.gara.net/paperezkoa/20090201/119478/es/Las-vIctimas-masacre-Bloody-Sunday-siguen-esperando-que-haga-justicia

Aquí vemos una foto de la Marcha en recuerdo de la víctimas del Bloody Sunday en Derry en 2008, participando el Comité Vasco en Belfast.